Utopías Sociales
La FADAU propone para este año
“Utopías Sociales” como consigna de trabajo en todas las carreras de su órbita.
El concepto de Utopía, nacido en 1516 de la mano de Tomás Moro, y que cuenta
con antecedentes desde La República de Platón desde el siglo V a.C., es un
intento de pensar una sociedad justa, que repare todos los males y de respuesta
a todas las necesidades de una comunidad de una manera perfecta, acabada y para
siempre. Por su propia definición u-topía (no lugar), es un proyecto imposible.
En su texto, Tomás Moro propone
transformar el territorio, originalmente una península, en una isla para que
sus habitantes no tomen contacto con sus vecinos corruptos. En su afán de
lograr un estado de bienestar para todos llega a plantear un orden totalitario
y coercitivo en una sociedad estrictamente vigilada. La utopía, a pesar de sus
buenas intenciones termina negando el devenir histórico, por lo tanto cualquier
posibilidad cambio, excluyendo al otro y
por ende no tolerando la diversidad.
Sin embargo muchos rescatan el poder de movilizador social
de las ideas utópicas. Para ellos la utopía se plantea como un horizonte más
que un proyecto. Un anhelo de bienestar y justicia para todos, un camino hacia,
más que una meta.
La alta modernidad, como la
define Jameson, estuvo signada por grandes anhelos utópicos que sustentaron esperanzas
sociales hacia un mundo mejor. La fe en el progreso ineludible, la ruptura con
las viejas estructuras sociopolíticas y la esperanza en un futuro donde se
resolvieran todas las contradicciones, sin embargo, no llegó a buen puerto. El
aspecto negativo de esa utopía hizo que
esos ideales terminaran en guerras mundiales y en estados totalitarios. Su
lado positivo, en cambio, sirvió de base sobre la que se cimentaron las grandes
propuestas vanguardistas y de diseño del
siglo XX.
Efectivamente, el diseño moderno
deja de lado, por primera vez en la historia de occidente, las propuestas
ostentosas y de lujo para pocos y asume la iniciativa de dar respuesta a las
grandes masas y a los más necesitados. Con el fundamento ideológico de la
revolución industrial y la producción en serie, piensa en un “hombre
universal”. El diseñador mira por primera vez a la sociedad que lo rodea y se
adelanta a sus demandas ofreciendo propuestas concretas a las necesidades de
vivienda, indumentaria, equipamiento, etc. que facilitan la vida, democratizan
el consumo, brindan soluciones económicas, masivas y prácticas.
Pero por sobre todo el diseñador
prefigura un nuevo lenguaje para la mujer y el
hombre modernos, dejando atrás una estética vetusta y elitista y
enarbolando la belleza de lo simple, lo austero, lo noble, incorporando la
reproductibilidad y por ende el abaratamiento de costos. Casi no hace falta recordar
frases como “Ornamento es delito” de Adolf Loos, “Menos es más” de Mies van der
Rohe o “La máquina de habitar” de Le Corbusier. Los diseñadores llevamos grabadas estas consignas casi
genéticamente. Escuelas como la Bauhaus, Constructivismo ruso o de Stijl y el
movimiento moderno en general, piensan un diseño para todos, funcional y
estéticamente posible.
La frustración que trajo consigo
el genocidio de la segunda guerra mundial, la división del mundo, la posterior
globalización, el fin del estado de bienestar europeo y los desastres
ecológicos, por nombrar solo algunos de los rasgos del panorama contemporáneo, gestan
el Posmodernismo, para algunos el fin de la modernidad, para otros solo una
crítica o revisión de sus aspectos negativos.
El nuevo paradigma propone el fin
de los grandes relatos, la mirada hacia el sujeto, a lo particular, la
incertidumbre respecto a futuro y hasta la concepción distópica del mismo.
Distopía que plantea un futuro apocalíptico, donde ya no hay lugar para
proyectos sociales. Es solo el individuo luchando contra la adversidad de un
mundo y una naturaleza que le son hostiles. Las artes en general, la
cinematografia y el diseño expresan estas ideas.
Tal vez, sea el momento de volver
a mirar a la sociedad, pero no en “abstracto” sino al prójimo, concreto, con
sus necesidades y sus posibilidades y ofrecer como diseñadores un servicio a la
comunidad, con compromiso social y con posibilidades de concreción real y con
responsabilidad hacia el medioambiente.
Esta asignatura propone, desde la
teoría, construir el marco adecuado que posibilite el ejercicio de un
pensamiento crítico y reflexivo a fin de construir un fundamento sólido a las
propuestas concretas que se llevarán a cabo en las áreas de diseño. Se
presentarán los conceptos de Utopía, en sus variantes y las ideas y proyectos
vanguardistas que jalonaron a lo largo de la historia del diseño. Se pondrá
especial énfasis en comprender el paradigma que transitamos según los aportes
de los más importantes pensadores actuales, como Habermas, Jameson, Deleuze,
Zizek, etc.
Estamos convencidos que si el
diseñador debe estar abocado a dar soluciones desde su área concreta al mundo
en el que vive debe, antes que nada, conocerlo lo más profundamente posible.
Arq. Edgardo Vegega